A discursos míseros, ni los miro ni los escucho.
Mis sentidos no llevan dirección a sus entrañas, por mi jódanse y
siéntanse vagos, es enorme el universo como para volver a mirarles los
dientes.
¡Yo no me salgo de la fila!
ni oculto el rostro por vergüenza, tengo mejores cosas por mirar y
conocer, no me quedo en sus ayeres de plástico, me rodeo de comunes sin
necesidad de sentirlos eternos.
Me basto para sentarme en la cúspide y, si me da la gana, escupirles a ustedes que disfrutan por vomitar siendo el vomito.
Me basto para sentarme en la cúspide y, si me da la gana, escupirles a ustedes que disfrutan por vomitar siendo el vomito.
Me encanto tu poema, crudo y honesto. Excelentes fotos!
ResponderEliminarGracias Alexis.
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