Y
mirame aquí, con la oscuridad puesta sobre mis ojos, la miopia
arrastrándose y un par de lagañas malformadas. Te sigues dibujando tan
feroz en ellos, en un consuelo inhóspito, en mi cabeza colgada,en mi
silencio cubierto de desesperación. Y no, no queda más que abrazarte
fuerte mientras cumplimos teorías representadas en apuestas de vida. Me
quedo contigo velando el sueño de un nosotros para cuando sea momento de
despertar.
Fotografía: Thomas Devaux.
No hay comentarios:
Publicar un comentario