Tengo las garras encima, razgando mi cabeza y enterradas en los sesos.
Con la lengua colgada babeando el pavimento y cruzandose entre los pies de la inepta que escribe desde la jaula oxidada que el silencio le ha otorgado como premio de la supresión de ideales no realizados por miedo al fracaso.
Con agujas picandome el alma igual que a un fetiche.Tejiendo las redes para abrazar el ansia que lo hace mio y calmaba mi sentir.
Se había dormido la bestia, no ha desaparecido ¡siempre hay pretexto basura para volver a despertar!,ahora el habitante que llegó para quedarse se muestra inquieto, cansado, aburrido y yo tan miseria con pretextos basura, con palabras vacias, con la mirada perdida, sin nada más por ofrecer. Hasta el más cálido soplo de viento termina por quebrantar los huesos.
Con la lengua colgada babeando el pavimento y cruzandose entre los pies de la inepta que escribe desde la jaula oxidada que el silencio le ha otorgado como premio de la supresión de ideales no realizados por miedo al fracaso.
Con agujas picandome el alma igual que a un fetiche.Tejiendo las redes para abrazar el ansia que lo hace mio y calmaba mi sentir.
Se había dormido la bestia, no ha desaparecido ¡siempre hay pretexto basura para volver a despertar!,ahora el habitante que llegó para quedarse se muestra inquieto, cansado, aburrido y yo tan miseria con pretextos basura, con palabras vacias, con la mirada perdida, sin nada más por ofrecer. Hasta el más cálido soplo de viento termina por quebrantar los huesos.
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