26/8/12

Aversión al primer día

Rota. 

 
No me niegues en domingo, porque en domingo me convierto en la nada, en lo inverso y dócil de los grandes bocados. 

No me dejes en domingo, porque en Domingo no sueño, no velo el día, lo gasto con los ojos pausados. 

No me olvides en domingo, porque al final nos encontramos como sanguijuelas, esperando el néctar del malgastar el día. 

No me arrojes por los nubarrones de un domingo porque aún con sol me congelo. 

No me invites al azar en un domingo porque los domingos no me encuentro en simetría mucho menos con la suerte. 

No me toques con el áspero rutinario reloj de un domingo porque ya me consumí en su arena. 

No me hables de renacer en un Domingo, suficiente con el hecho de haber nacido en uno, día parásito, inútil,  en el que las parejas se besan sin plata en los bolsillos, pero con palomas horribles y niños colmados de imprudencia rodeándolos y representándose como supuestas bendiciones. 

No me hieras en Domingo, los Domingos ya me duelen en lo absurdo.

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